¿Cómo haces el Camino?

Hacer el Camino es un gran esfuerzo, no es un paseo exento de dificultades. Es cierto que, en principio, es factible para cualquier persona, tanto para aquellos que están acostumbrados a andar como para aquellos que no lo están. La preparación física es uno de los aspectos más importantes para lograr que la peregrinación sea un éxito y una de las experiencias más gratificantes de nuestra vida. Una mala preparación puede obligarnos a abandonar o convertir cada etapa en un calvario.

La mejor manera de prepararte es andando en condiciones similares con las que te encontraras. Hacer excursiones por alguna zona de montaña, usando el mismo calzado, ropa y mochila que llevaras en el Camino. Carga la mochila con el peso aproximado que piensas llevar. Normalmente las etapas son de unos 20 Km. Si estas muy entrenado para andar podrás llegar a los 30 Km. Si tienes algún problema de salud, debes tener en cuenta los posibles puntos de Asistencia.

Para obtener le Compostela tendrás que recorrer un mínimo de 100km.Todo el recorrido está señalizado con flechas amarillas. A veces se añade otra simbología según la comunidad autónoma o provincia. Así, es poco frecuente perderse, y aún menos en el Camino Francés.

Épocas del año

De Abril a Junio: Es la mejor época, contemplaras la explosión de la primavera, rodeado de flores y trinos de pájaros, el camino se te hará muy corto y podrás disfrutar de esos largos días.
No hay saturación en los Albergues y la temperatura y humedad son ideales

De Mayo a Septiembre: Son los meses  de mayor Peregrinación, eso no significa no que sea la mejor. El tiempo es agradable y los albergues están llenos.
De Octubre a Marzo: Para Peregrinos muy preparados; debes tener en cuenta que muchos Refugios cierran. Necesitarás cargar con un buen saco y ropa más pesada, no hay muchas horas de sol, algunos albergues no disponen de calefacción, y el clima es muy duro en determinadas zonas. Sin embargo, ésta es la mejor época para quien busca soledad y reflexión.

¿Salir de Roncesvalles o de Saint Jean Pied de Port? Para quien quiera hacer el Camino Francés esta es una duda frecuente. La etapa de Saint Jean a Roncesvalles es la más dura de todas, no tanto por la distancia como por el fuerte desnivel, superior a los mil metros. Para quien no esté avezado a las largas caminatas por la montaña es aconsejable no arriesgarse y empezar en Roncesvalles, haciendo etapas suaves los primeros días. Para los más montañeros y mejor preparados no hay duda que sí vale la pena empezar desde el precioso pueblo del País Vasco francés y recorrer una espectacular etapa que cruza los Pirineos.

La mochila

No aconsejamos que sobrepase el 10% de tu peso incluyendo el peso del agua, orientativamente unos 7 kilos. En el Camino encontrarás todo lo que necesites .Debe ser anatómica y de altura regulable para adaptarla mejor a la espalda , es importante para evitar la acumulación del cansancio y la excesiva carga en la espalda y los hombros. www.jacotrans.com

La disposición del material en la mochila

Sería ideal colocar el material en la mochila separado con bolsas de plástico (que no hagan ruido para no molestar a los compañeros de albergue), y poner las más pesadas en la parte inferior y más próxima a la espalda (para mejorar el punto de equilibrio). También resultará más cómodo disponer las cosas de tal forma que siempre tengamos la cantimplora y la cámara fotográfica a mano; así no será necesario descargar y cargar la mochila cada vez que queramos beber o hacer una fotografía.

Las botas: Es el elemento al que más atención hay que prestar. Las más adecuadas son las botas de trekking: ligeras, de caña alta para proteger el tobillo e impermeables al agua . Es importante haber andado muchos kilómetros con ellas y no estrenarlas haciendo el camino. Algunos peregrinos prefieren andar con calzado de senderismo de caña baja o incluso con unas simples zapatillas deportivas. Pero en caso de lluvia, de barro y de fuertes desniveles pueden ponerse en apuros.

Ropa: Dos mudas para andar y otra para después de la ducha son suficientes. En épocas de calor, las camisetas térmicas de verano son mejor que las clásicas camisetas de algodón, pues son muy ligeras, transpirables y no retienen la humedad. En invierno es necesario llevar ropa de abrigo, y en verano no debemos olvidar llevar un polar delgado.
Saco de dormir: En verano con uno de +15 (grados de confort) es suficiente. Algunos sólo pesan 700 gramos. Para otras épocas del año necesitaremos uno de +10 o +5, que no supere el kilo de peso.

Inclemencias

Para la lluvia: La mayoría de los caminantes llevan una capa impermeable (el conocido poncho) que cubre también la mochila, pero resulta incómodo si sopla el viento. Una buena alternativa es llevar una chaqueta y unos pantalones impermeables, y un protector impermeable para la mochila. Incluso es una buena idea llevar un pequeño y ligero paraguas.
Para el sol imprescindible llevar un sombrero o una gorra con visera, gafas y crema de protección solar.
Para el frío y el viento: Además de la ropa adecuada, no debemos olvidar llevar alguna prenda para proteger la cabeza. Según la época del año, llevar una bufanda y guantes.

Y más

Otro calzado: Puede ser recomendable un calzado cómodo para descansar y pasear, una vez finalizada la etapa. Es útil también llevarse chancletas para la ducha
Higiene personal: Peine, Cortauñas, Cepillo de Dientes, Seda Dental, pinzas de depilar,champú, jabón, una pequeña toalla para la ducha colonia fresca, toallitas jabonosas y las mujeres deben planificar la necesidad de compresas.
La esterilla: La esterilla, o aislante de caucho, nos será útil si alguna vez debemos dormir en el suelo, o hacer una siesta en el campo.
El botiquín: Debemos tener presente que en los albergues hay un completo botiquín a disposición de los caminantes y, además, encontraremos muchas farmacias a lo largo del Camino. Por lo tanto, será suficiente con llevar: aspirinas, agujas hipodérmicas, desinfectante, tijeras, gasas, pinzas y esparadrapo (de tela y ancho).

Teléfono móvil es prescindible, pero si se viaja solo será un importante elemento de seguridad.
Documentación básica: El DNI, la tarjeta de la seguridad social o entidad médica correspondiente, y la credencial del peregrino.
El bordón: Junto con la vieira, es el elemento simbólico más significativo de la peregrinación. Además, es muy útil tanto para acompañar el paso como para tener un punto más de apoyo en las bajadas. Por el tipo de camino que encontraremos, el más adecuado es el tradicional bastón de madera respecto al más moderno palo de montaña de tipo telescópico.

Material adicional. Una pequeña linterna frontal para movernos de noche en el albergue, una funda de cojín por cuestiones higiénicas, detergente para lavar la ropa, pinzas para tenderla e imperdibles para colgarla de la mochila si al día siguiente no está seca. También una cantimplora, pañuelos de papel, papel higiénico, un reloj con función de despertador, tapones para las orejas para quien lo crea conveniente, dinero y tarjeta de crédito.

La alimentación

El gasto energético es muy superior al de la vida cotidiana y es necesario compensar esta pérdida con una buena alimentación. Lo más aconsejable es empezar el día con un buen desayuno, a lo largo de la etapa tomar alimentos ligeros y energéticos, y hacer el ágape más fuerte al final de día, una vez acabada la etapa y más descansados.

Algunos consejos

Los primeros días aconsejamos no exagerar tanto en distancia como en ritmo para ir acostumbrando el cuerpo. Hacer 35 ó 40 kilómetros el primer día es fácil; pero no lo será tanto retomar la marcha al dia siguiente. Por lo tanto, los 4 ó 5 primeros días son los más delicados, y en los cuales es normal padecer dolores musculares, especialmente en las piernas, espalda y hombros.
Siempre que andes por carretera o tengas que cruzarme una, hazlo con mucha precaución.

Hay que tener en cuenta que el peso de la mochila y el cansancio retardan los movimientos en caso de necesitar una reacción rápida. Además, siempre debes andar por la izquierda para tener a la vista los coches que circulan más cerca de ti, y cuanto más alejados de la calzada mejor. Afortunadamente, y en especial en el Camino Francés, hay pocos tramos de camino que transcurran por carreteras con tráfico.

¿Y de noche?

Andar de noche es poco aconsejable y, en todo caso, se debe llevar ropa reflectante para que los automovilistas vean claramente nuestra posición.
Excepto en el supuesto de un impedimento físico importante,el coche de apoyo para transportar las mochilas es innecesario y desaconsejable. El motivo principal es que limita la libertad de decidir en cada momento dónde hacer noche, y la libertad de ir haciendo las cosas según vayan surgiendo sin depender de unos condicionantes que no forman parte del propio Camino.

Además, el cuerpo se acostumbra en pocos días a andar con el peso de la mochila y, si éste no es excesivo, no supone un esfuerzo demasiado superior al de andar sin este peso.  Como es lógico, en la mayoría de los albergues se da prioridad de plaza a los que van a pie o en bicicleta respecto a los que llevan coche de apoyo.

Si tus botas han quedado empapadas por la lluvia, un truco para secarlas por dentro,es poner varias hojas arrugadas de periódico bien apretadas. Al cabo de unas tres o cuatro horas las sacamos y ponemos otras. Con dos o tres veces que repitamos esta operación será suficiente para que el papel absorba toda el agua y las botas nos queden bien secas.

Precauciones y Recomendaciones

El Camino, actualmente, no presenta peligros, no obstante debes cuidarte y ser precavido:
No bebas en fuentes, si no tienes, la certeza de que son Potables.
Lleva siempre Agua o bebidas Isotónicas. Te recomendamos, llevar una pequeña ración de sal y bicarbonato, en caso de anomalías adquiere suero fisiológico.

Los Albergues

La mayor parte de ellos son exclusivamente para peregrinos que van a pie, en bicicleta o a caballo, y es necesario presentar la credencial del peregrino para tener acceso a ellos.

Podemos distinguir entre dos tipos de albergues: los albergues públicos y los albergues privados. Los albergues públicos son aquellos cuya titularidad pertenece a una administración pública (ayuntamiento, comunidad autónoma…), a una entidad religiosa (parroquia, comunidad…), o bien son administrados por alguna asociación, junta vecinal, etc. Los albergues privados son aquellos cuya titularidad pertenece a un particular. Cada albergue, tanto si es público como privado, tiene sus peculiaridades, características y normativas de funcionamiento propias.

Por regla general, las plazas se asignan por orden de llegada, con preferencia para los que van a pie. En principio, sólo se permite pernoctar una noche, aunque se hacen excepciones en casos justificados. Los albergues públicos no admiten reserva, al contrario que la mayor parte de los albergues privados. En algunos albergues públicos sólo se pide un donativo voluntario, el cual se destina a cubrir los gastos de limpieza y mantenimiento, en otros el precio suele situarse entre los 3 y los 6 euros.

En los albergues privados el precio habitual suele estar entre los 6 y los 15 euros.
Casi todos los albergues disponen de lavabos, duchas con agua caliente y espacios para lavar la ropa y tenderla. Algunos tienen una cocina con enseres a disposición de los peregrinos. Cada día es más frecuente que también dispongan de lavadora y secadora (servicios de pago), y de acceso a internet.

Problemas físicos habituales en el Camino de Santiago

La mayor parte de ellos son exclusivamente para peregrinos que van a pie, en bicicleta o a caballo. Es necesario presentar la credencial del peregrino para tener acceso a ellos. Podemos distinguir entre dos tipos de albergues: los albergues públicos y los albergues privados.

Los albergues públicos son aquellos cuya titularidad pertenece a una administración pública o a una entidad religiosa (parroquia, comunidad…). Administrados por alguna asociación, junta vecinal, etc.

Los albergues privados son aquellos cuya titularidad pertenece a un particular. Cada albergue, tanto si es público como privado, tiene sus peculiaridades, características y normativas de funcionamiento propias.

Por regla general, las plazas se asignan por orden de llegada, con preferencia para los que van a pie. En principio, sólo se permite pernoctar una noche, aunque se hacen excepciones en casos justificados. Los albergues públicos no admiten reserva, al contrario que la mayor parte de los albergues privados.

En algunos albergues públicos sólo se pide un donativo voluntario, el cual se destina a cubrir los gastos de limpieza y mantenimiento.  Otros,  el precio suele situarse entre los 3 y los 6 euros. En los albergues privados el precio habitual suele estar entre los 6 y los 15 euros.

Casi todos los albergues disponen de lavabos, duchas con agua caliente y espacios para lavar la ropa y tenderla. Algunos tienen una cocina con enseres a disposición de los peregrinos. Cada día es más frecuente que también dispongan de lavadora y secadora (servicios de pago), y de acceso a internet.

Otros problemas físicos

Las rozaduras, sobretodo en la entrepierna, en las axilas y en la zona lumbar, son frecuentes los primeros días. Se pueden prevenir usando ropa interior tipo short. También poniendo vaselina en las partes más expuestas a los rozamientos y andando siempre con la ropa seca. Debes tener mucha precaución con las quemaduras. Para prevenirlas usa una crema solar con un factor de protección adecuado a tu tipo de piel.

El agotamiento físico también es a menudo causa de abandono. Para evitarlo es necesaria una buena preparación previa, no excederse en los kilómetros diarios y hacer una alimentación energética.

Las agujetas, los calambres y los dolores musculares son habituales durante las primeras jornadas. Se pueden mitigar realizando estiramientos antes de empezar y al acabar cada etapa. La pérdida de peso en las caminatas de larga distancia es habitual, pero debe ser moderada. Las picadas de insectos se pueden evitar usando repelentes.

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