En una villa donde se cruzan tres Caminos, los peregrinos cobran fuerza, tanta que son ellos los que encienden la hoguera de San Juan y el nombre de uno aparecerá en un muro de estrellas. Como Hollywood, pero en Arzúa.
Arzúa es una localidad a 38 kilómetros de Santiago de Compostela, es una de las últimas etapas del Camino de Santiago. Allí confluye el Camino del Norte y el Camino Francés, recientemente unido al Camino Primitivo en su paso por Melide.
En esta localidad de 6000 habitantes y su queso como mejor pasaporte destaca la bonita fiesta que coincide con la hoguera de San Juan. Es una tradición recuperada de hace años.
Los arzuanos eligen al azar a un peregrino de los que han llegado a la villa. Se hace una placa con el nombre de la persona elegida y su nacionalidad para el Muro de las Estrelas. En el campo de fiesta de Santa María, justo al lado del pabellón, se celebra una fiesta donde se alza un castillo. El peregrino elegido es quien prenderá fuego a la hoguera, es decir, al castillo.
¡Pero esto no se queda aquí! En los últimos años, se escriben deseos y se guardan en un baúl… Cuenta la leyenda, o los propios arzuanos, que una peregrina procedente de Cádiz pidió un deseo para su sobrino y su salud en la mágica noche de San Juan. Al día siguiente, la peregrina recibió una llamada de su familia: el deseo se había vuelto realidad.
¿Y por qué es tan importante San Juan en Galicia?
Es un símbolo de protección hacia las famosas “meigas”. Anteriormente, en esta mágica noche se entendía como un cambio de año. Las personas quemaban todo para entrar en esa nueva época totalmente purificados.
La leyenda cuenta que se debe saltar nueve veces la hoguera, además, la noche más corta del año destaca por ser una de las noches más supersticiosas, así que pídele todos tus deseos a la hoguera y disfruta del día más largo del año y la noche más corta, aunque no siempre coincida con San Juan.