Nos adentramos en una etapa que, aparentemente, no tiene dificultad. Son 22,4 kilómetros por delante, aunque la primera parte abundan falsos llanos y breves repechos. Eso si, debemos tener en cuenta un ritmo constante ya que se trata de una orografía ondulada.
Sarria
Nos adentramos en el kilómetro cero de la peregrinación a Santiago. Son primeras horas del día y hace el calor justo para caminar. Estamos rodeados de peregrinos y nos dirigimos a la aventura. Abandonamos Sarria dejando atrás la Prisión Preventiva y un mirador adornado con un crucero. Llegamos al río Pequeño para cruzarlo por un puente medieval.
Paseamos por campos particulares y, poco después, nos toca cruzar la vía del tren por una pasarela adecuada para ello.
Nos dirigimos hacia As Paredes, una aldea donde hay un castro prerromano de su mismo nombre. Nos vamos acercando a la próxima población, situada a menos de un kilómetro. Sabremos que estamos en Vilarei cuando veamos una escultura de Don Germán Arias, predeciendo un área de descanso repleta de máquinas.
La fuente de Pelegrín
Seguimos caminando cada Barbadelo, ubicación con albergues y bar. Nada más entrar, nos encontraremos con una románica iglesia de Santiago, rodeada por su cementerio. Un kilómetro y medio hasta Mercado da Serra, donde hay bar y tiendas. Después de estar por la carretera, recorreremos un corredor arbolado que nos encontraremos. Pocos minutos después caminando, nos encontramos una fuente decorada con la mascota del Xacobeo 93: Pelegrín.
Después de dejar la población, veremos por un molino que hoy en día funciona como una casa-albergue hasta Leiman en el kilómetro. Seguimos caminando, encontramos un bar-panadería y algunos hórreos y vamos por un camino hacia Cortiñas. Poco después, estamos a 100 km de la capital gallega y final de nuestra aventura. Los próximos pueblos todos tienen albergue y bar y es que no encontraremos una tienda hasta el kilómetro 17, aunque habrá numerosos bares en los cuales se puede comer.
Moutrás, tienda y farmacia (17 km)
En Mirallos hay una iglesia románica de Santa Maria que fecha desde el siglo XVIII. Seguimos hacia A Pena, para seguir por Couto y Rozas. Estamos a 3 kilómetros del siguiente pueblo, aunque pasaremos por aldeas como Moimentos. Después de atravesar sendas con robles y pinos, llegamos a Mercadoiro, el inicio del recorrido a Moutrás donde tenemos tienda y farmacia por si lo necesitamos.
In mediatamente después, tras escasos tres kilómetros llegamos a un lugar donde hay un bar-restaurante vegetariano, seguramente de los pocos que hay durante el Camino. Un descenso nos acerca al río Miño, en particular al embalse de Belasar.
Al pasar el embalse, veremos de lejos Portomarín: Una panorámica de fachadas blancas y tejados grises como muestra la foto. Entramos por un viejo puente romano y nos dirigimos al centro de Portomarin, donde está el albergue juvenil y, mañana, vamos rumbo Palas de Rei.